TARDE DE CALOR Y EN LOS TENDIDOS DESILUSIÓN

TARDE DE CALOR Y EN LOS TENDIDOS DESILUSIÓN

Se lidió un encierro de la ganadería de Garcigrande de buena presentación, con variedad en sus pelajes. El comportamiento muy deficiente, incómodos, mansos y sin clase.

Abrió la tarde Julián López con un terno plomo y azabache, muy suave y templado con el capote. El toro tuvo un buen inicio pero en la muleta se des configuró totalmente, se rajó y lo máximo que acudía de corrido era a dos muletazos, lo mejor que pudo hacer López fue en la primera tanda por la derecha, bajando y alargando la mano. Se volcó en volapié a matar y lo hizo con estocada completa y desprendida. Silencio.

Qué difícil ha sido lidiar al cuarto de la tarde, un manso y peligroso toro que buscaba las zapatillas. Desde el tercio de banderillas se vio el peligro y la falta de clase. Realmente no hubo faena, un pase aquí y un pase allá, viniendo el toro de frente, sin bajar la cabeza y con prontitud rebelde. Estocada completa saliéndose de la suerte. Silencio.

Repitió tarde Alejandro Talavante, esta vez de un grana y oro. Tan pausado y elegante como siempre, ejecutó naturales hermosos; sin embargo, vio que era más potable el pitón derecho y por allí hubo mayor lucimiento, la música acompasaba la impoluta faena.

Pinchazo y estocada de calidad. Saludo desde el tercio.

Talavante creó una faena donde se creía que no iba a haber más que una nueva desilusión. Es verdad que era hasta el momento el mejor de la corrida, sin ser un dechado de virtudes el toro; pero la verdad es que fue el torero, quien, con autoridad en sus dos manos, lo llevó y le obligó a embestir, tanto que parecía que el toro lo hiciera por voluntad. El público se emocionó y valoró la calidad del espada. A la hora de matar lo hizo en muy buen sitio. Oreja.

Tomás Rufo de azul petróleo y plata, pechó con un muy complicado primer toro de su lote, en banderillas incomodo y reservón; ya para Rufo en la muleta, incierto y atropellando la muleta, además de buscar el cuerpo del torero con movimientos sin clase. Con decisión y entrega logró Tomás ejecutar pases por ambos pitones, con mucha plasticidad, alargando el brazo hasta el final de la cadera. Estocada en lo alto y entera. Saludo desde el tercio.

El sexto del festejo acudió en dos oportunidades de largo al caballo, recibió una muy buena vara. Sin embargo, en la muleta nada pasó, el toro otro manso, sin recorrido; no hubo nada que pudiese hacer Rufo, pese a su voluntad. Estocada efectiva. Silencio.

Por Carolina Baquero.

Carolina Baquero

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